sábado, 1 de junio de 2013

Versión para Blog: DE PARTIR, Francisco Guita Junior (Inhambane, Mozambique 1964)

Plaquette de la Colección de Poesía Nómada
El rap del exilio
DE PARTIR (II PARTE) de Francisco Guita Junior.
Santiago de Chile, junio 2013.



Ahora o nunca
el izar la vela sobre el mar
el tensar la cuerda
el sentir la virilidad del timón
y tener que partir

sin recoger amarras ni ancla
sin fardo ni equipaje
recuerdos y recalcaduras
emociones y fotografías antiguas

sin tener que mirar atrás
sin tener que tragar todo el asco mascado de los días
sin tener que decir adiós
sin tener que lastimar
y tener que partir
sin romper el silencio que encadena la ira
sin amainar el dolor y en la piel el ardor
sin desmitificar la noche que calienta la luz de luna del alma
sin acariciar la serpiente que se pasea en estas manos
sin
y partir
y embarcar sí y estallar
en la cresta y la impetuosidad de la ola y temer la onda

y navegar y encallar en la corriente del sur
y remar cuando el viento y el deseo reposen
y todas las auroras sean todas las puestas de sol
abandonar y partir
mas los amigos
los de infancia y los otros
todos los primeros besos los cigarros
hurtados y fumados
las primeras palabras atoradas
en la garganta ante los ojos tuyos
sin saber sonreír y amar y sufrir entre las manos
el primer amor
dejar todo y partir
y
sin ruta ni brújula
sin mapa ni nada
sin coartada ni compasión rasgar el viento
como se rasga el labio
en la voracidad del último minuto de partir
y
en cada relámpago de noche incendiado
haber camino tal vez para el norte
quién sabe para la muerte
y continuar partiendo
ahora
tener ausente el ansia
de sofocar la nostalgia
de delirar en la fiebre de estar solo
de tornear los callos de sal de las palmas
de las manos en la cintura del ecuador
de aplastarte los senos
en el firmamento de un orgasmo
después
tener presente la necesidad de añoranza
de la carta exacta en el correo restante
de otros parajes
del recado nunca dado
del no poder ser hoy y ahora
por la evidencia más cruda
de tener cerca dentro algo que sea
plenamente tuyo
partiendo
colilla apagada de un cigarro húmedo
pelo y ceniza sueltos en la melodía del viento
yodo en la herrumbre del anhelo de soledad
en alguna parte
no sea un espacio demarcado

y continuar partiendo
ahora
tener ausente el ansia
de sofocar la nostalgia
de delirar en la fiebre de estar solo
de tornear los callos de sal de las palmas
de las manos en la cintura del ecuador
de aplastarte los senos
en el firmamento de un orgasmo
después
tener presente la necesidad de añoranza
de la carta exacta en el correo restante
de otros parajes
del recado nunca dado
del no poder ser hoy y ahora
por la evidencia más cruda
de tener cerca dentro algo que sea
plenamente tuyo
partiendo
colilla apagada de un cigarro húmedo
pelo y ceniza sueltos en la melodía del viento
yodo en la herrumbre del anhelo de soledad
en alguna parte

no sea un espacio demarcado
paredes y alambre de espino
donde se entierre cada huella
en la arena suelta de los caminos que habré trazado
donde la sombra que me persigue permanezca
bajo la planta de los pies
que me transportan
donde el perfume tuyo en la memoria mía
no me despierte el anhelo
de volverme
partir
y sin tener que atracar
permanecer inmóvil
deleitar inmóvil los ojos en el rastro de espuma
que voy dejando atrás
atrás dejados inmóviles los versos
de la más púber inocencia
en algún lugar del foso del pasado
en el desván del tiempo
inmóvil el iris seco
abriendo la mortaja del náufrago
al que me condeno
inmóvil permanecer
pero partir

sentir entonces la marejada
del oeste del norte del este del sur
entrañárseme
espiral cuerpo abajo
agujas de relojes rodando
frenéticamente desenfrenados
sin mácula
saborear eso
y querer partir
mantener perenne el manto negro
del pasado del presente saberlo del futuro
y querer partir
consolará la sombra que hay en mí
solamente
no romperá ni un eslabón siquiera
de la cadena que no amordaza
pero que enclaustra el espíritu
incendiará la antorcha cuyo fuego comienza a propagar
en los puños cerrados que hay oblicuos
en el sofoco de esta alma que padece
sentir anhelo de partir

aguzar las iras que me contienen
plantar la infancia que los niños nunca tuvieron
sacudir el polvo de los ideales sobados
suciedad que ya no sale
devolver la dignidad
de mil veces mil por mil
hombres que rasgan la tela
y la carne en los andamios que levantan
esta tierra aún sumisa
que se obstina en florecer
e intentar partir
coger un puñado de las primeras
flores aún húmedas del primer
rocío del día nuevo que va a irradiar
y caminar hasta donde la tierra tiene por límite
el mar
sentir los pies enterrándose
en la arena aún fría
esbozar a la línea del horizonte un adiós
dos infinitos azules
tener que hincar los ojos a la tierra
sin lágrimas
y no partir


TRADUCCIÓN POR SILVIA CAPÓN SÁNCHEZ Y FRANCISCO MANHAES MONTEIRO.

del libro LOS AROMAS ESENCIALES (Editorial Caminho y Editorial Ndjira, Tenerife, 2009).



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