viernes, 17 de agosto de 2018

Versión para Blog: LA PRIMERA HUIDA ES ÚNICA, Cristina Gutiérrez (Coro, 1988)

Plaquette de la Colección de Poesía Naciente Venezolana
Anhedonia
LA PRIMERA HUIDA ES ÚNICA
Santiago de Chile, abril 2018














Sin puñal

Quise escribir con toda la rabia del mundo
buscaba la imagen que sostuviera mi enojo
Desperté madrugada tras madrugada
intentando crear nuevas palabras
a falta de una que describiese
el exacto sonido de mis muelas rotas de tanto
apretar la mandíbula
Creía inefable
mi fruncir de ceño
mi cuerpo giroscopio
Perdona, me dije
no sin antes nombrar el odio con todos sus pesares
con todas sus vertientes
yéndome por todas sus ramas.
Recuerdo cómo quería escribir cortando
hiriendo con mi lesión
quería escribir con un puñal
y llenar de pus y sangre techo paredes espejos
Pero olvidé
mi rabia
y mi puñal
Me quedó este olvido calmo,
sosegado
demasiado cansado.









El primer suicidio es único.
Siempre te preguntan si fue un accidente
o un firme propósito de morir.
Miyó Vestrini






La primera huida es única
siempre te preguntan cuándo vuelves
teniendo en cuenta la distancia repetida
algunos toman para sí lejanías más hondas
silencios y aporías
Cuando la huida se vuelve tótem
costumbre de los tristes
muy pocas son las preguntas ya
no importa cuándo vuelves
allá aquí acullá
opacidad si vuelves
La primera huida es única
luego absolutamente todo sucumbe al espejismo
de lo lejos
y todo es añoranza mimimi
todo es saudade blablablá.
Queda el hartazgo
la mueca de aquellos que asumen olvido
cuando dicen
despedida
infranqueables lenguajes del adiós
la fuerza más minusválida del abrazo.
La primera huida es única.







*


Sé del mar reventando contra un muro
cómo me asusta cuando levanta demasiado su oleaje
cuando enfría sus aguas y es imposible.
Sé de gente buena acodada en puentes
contemplo sus miradas cristalinas y la mía se envidria
me siguen enfermando mis ojos litorales
mis costas.
He visto desde un balcón
un río que divide tres países
abrí ya muchas veces mi puerta para saludar
desconocidos
ya estiré una nueva lengua
ya me senté lo más al norte posible
ya estuve en la última calle de un país
ya fui todo lo insular que pude
ya he puesto toda mi fe en un viaje
ya he querido volver y abrazar
corro tras un nuevo paisaje que se alborote en mis ojos
vivo huyendo de este lugar que soy
pero el desarraigo no me cura
no me cura.






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