El rap del exilio
sus cenizas azules quemando, de Carlos Aguasaco.
Santiago de Chile, febrero 2013.
Del buen sentido
De una tela de Cesar Vallejo
Debo decirte
madre,
Que existe un
lugar en el mundo al que todos llaman Nueva York
Un lugar alto
y lejano y aún más alto
Más alto que
la iglesia en el cerro de Monserrate y sus palomas sonámbulas
Más alto y
lejano que el volcán en que pereció nuestra especie
y sus cenizas
azules quemando nuestros rostros mestizos
Más lejano que
yo mismo cuando fui a París a visitar a Vallejo
Más alto que
Vallejo que ahora valleja a ras tierra
Alto y lejano
como yo, visto desde abajo
Cuando salto
desnudo a nadar en el Hudson
y encuentro
inmigrantes tratando de alcanzar la costa
Sus cuerpos
sin vida me llaman desde el fondo
Y yo les hablo
de ti, madre
de la mariposa
que se fue de tu vientre
del día en que
soñaste que yo era un enano
Madre, este
lugar en el mundo al que todos llaman Nueva York
No es París,
pero tiene una dama francesa que le sonríe a Europa
Al otro lado
del teléfono, mi madre me desea primaveras
Y aquí
florecen las margaritas de plástico y sonríen las chicas con tetas de goma
Madre, no me
ajustes el cuello para que empiece a nevar, sino para que cese de nevar
Déjame vagar
por esta isla soberbia entre las luces del Show Business
Embriagarme a
solas con tu ausencia y comienza a vivir cansada de mí
Ausente de mí,
vacía de mí, sorda de mí, ciega de mí, muda de mí, insomne de mí
Bajo esta
muralla de sombras
yace un
Titanic de granito y un niño que llora en los trenes subterráneos
La madre de
otro hombre lo despierta y se acuesta en su cama
Nosotros
madre, somos de otro tiempo
Nuestra piel
es cuero de tambor y jamás perderemos el acento.
YO
Este soy yo,
Un fragmento
de mi rostro entre los escombros del World Trade Center
mi cara entre
la multitud
Un punto negro
en las graderías del estadio
un detalle de
mi dedo pulgar señalando hacia el Atlántico
mi nombre en
la guía telefónica
mi nombre en
un cheque sin fondos
La voz de un
enano en un coro de gigantes
Un pasaje de
avión que no cubre el regreso
el rastro de
mi pie en una silla del metro
la última
letra de mi nombre impresa en una revista
mi nombre en
una lista de la escuela
Todas las
cosas que señalan hacia mí
La silueta
blanca que rodea mi foto en el pasaporte
Mi huella
digital en un vaso con whiskey
El susurro de
mi nombre en un cuarto cerrado
Y dos ojos que
lloran mi ausencia
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