jueves, 1 de agosto de 2013

Versión para Blog: Deslumbre migratorio, Emma Villazón (Santa Cruz, Bolivia 1983)

Plaquette de la Colección de Poesía Nómada
El rap del exilio
Deslumbre migratorio
Santiago de Chile, agosto de 2013


*
nocturno de calor en llanura :
capa sofocante de insectos que titilan
anfibios caracoles muchachos edificios vibrantes
sonoridad de lo inmenso espeso
que entra y sale de poros vaso libro
o también  mano que chorrea acústica tropical color ágata
y sumerge a la espalda en forma de bicho de río


*
un jazmín solo eso
es lo que se te da
lo que te penetra
dándose mudo
frente
aexcasa que arde
un jazmín
sin geografía ni estirpe a considerar
más valioso
que joya
imprevista :
no saberse otra     ni la misma
no saberse
(más que el estilo de lo desasido – centelleos
marinos)              


*
Muñón, instante, inicio
tal vez de un árbol
que no salió adelante.
Algo que se raspa demasiado de un lado
para que emerja del otro. No hay razón ni suavidad en esto.
Un velo dorado cubre la tarde, que comienza de noche. Y eso sigue crujiendo, temerario, mezquino, sin salir en flor —golpeando duro— entre  maderas, noticieros.



 *
A un cuarto del camino la casa primera dio paso a la segunda
la casa primera dio paso a la segunda a un cuarto del camino
A un cuarto del camino adquirieron nombres: casa de allá menguado
casa de aquí vivido casa de devoción casa de esgrimidores
casa de empeños doblegantes casa de cambios zigzagueantes
A un cuarto del camino a un cuarto del camino la piel vivía cortes oblicuos
Los hálitos de perros países monedas se fundían al unísono
y existían, no existían pérdida ni casas ni caminos a un cuarto del camino
a un salto del camino      a un tiroteo del camino       a un estallido del camino


*
como ante la vista del valle, hazte la idea,
los lugares se superponen, se vive más o menos entre roces
a un cáliz a una camilla, partiendo-volviendo, escindida, sin retorno
en el inicio no hay más que un “había una vez” demasiado viscoso
Parece
que llegas a casa primera de aves en refacción
y palpas la severidad que imprime el movimiento.
De cerca los cambios murmuran en ropa tendida
sobre arbustos de niñez reseca. Abajo los personajes exigen gotean.
Parece que en el living una columna crece en verbos que luchan contra tantas  rotaciones. No te detengas,
en los pasillos haces aberturas con los dientes. Ya se
                levantará el aire a gallo añejo al que quisiste volver para no
volver, el gallo de espuelas de plata, las latas de cielo y negrura — 
                                                                              Parece.





Fragmento del poema “Deslumbre migratorio”, de  Lumbre de ciervos
 (La Hoguera, Santa Cruz, 2013)      

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